Principios clave de la espiritualidad de San Josemaría:
Santificación del Trabajo: San Josemaría enseñó que el trabajo, cuando se realiza con amor y ofreciendo a Dios, es un camino hacia la santidad. Cualquier tarea, por sencilla que sea, puede ser un medio para acercarse a Dios y contribuir al bien común.
Unidad de Vida: La espiritualidad de San Josemaría enfatiza la integración de la fe en todos los aspectos de la vida. No debe haber separación entre la vida espiritual y la vida cotidiana; ambas deben estar unificadas en la búsqueda de la santidad.
Vida de Oración: La oración constante y la vida sacramental son fundamentales. San Josemaría recomendaba practicar la presencia de Dios a lo largo del día, mediante oraciones breves y frecuentes, y participar activamente en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía y la Reconciliación.
Amor a la Libertad y la Responsabilidad Personal: Cada individuo es responsable de su santidad personal y de la utilización de su libertad para hacer el bien. San Josemaría alentaba a las personas a tomar decisiones conscientes y responsables, en coherencia con los valores cristianos.
Apostolado y Servicio: El amor a Dios debe reflejarse en el amor al prójimo. San Josemaría impulsaba a sus seguidores a ser apóstoles en su entorno, difundiendo el mensaje del Evangelio a través de su ejemplo y servicio a los demás.
Alegría Cristiana: La santidad debe vivirse con alegría y optimismo. San Josemaría destacaba que el verdadero cristiano debe ser una persona alegre, que confía plenamente en la providencia divina y enfrenta las dificultades con una actitud positiva.
Devoción a la Virgen María: San Josemaría tenía una profunda devoción a la Virgen María y promovía el rezo del Rosario y otras formas de devoción mariana como medios para acercarse más a Cristo.