El sábado 17 de mayo, se llevó a cabo nuestra Peregrinación anual a la Basílica de Guadalupe. Fue una mañana llena de fe, emoción y alegría, en la que 600 feligreses se unieron para caminar como una sola familia hacia la casa de nuestra Madre.
Desde temprano, 8 camiones salieron a las 9:00 a.m. rumbo a Peralvillo, donde comenzó el trayecto a pie. Mientras caminábamos, hubo rezo el Rosario y cantos marianos. Al llegar a la Basílica, se unieron quienes llegaron directamente al templo para vivir juntos la Santa Misa.
El grupo completo atravesó el Pórtico de la Esperanza, y la emoción se sentía en el aire. El espacio se llenó rápidamente, y algunos se colocaron en los pasillos laterales por la gran asistencia. La Eucaristía fue celebrada con gran solemnidad, y el coro —formado por representantes de todos los coros de la Parroquia— acompañó con alegría la Misa.
Durante la homilía, el Padre Armando nos recordó: “Entrar en este santuario es como abrir un sagrario, dentro está Cristo, y aquí estamos nosotros también con él, apretados en el corazón materno de nuestra Señora.”
Después de la Misa, el grupo pasó por la banda para saludar a la Virgen de Guadalupe y dejarle sus intenciones y las de todos aquellos que, desde la distancia, los acompañaron con su oración.
¡Gracias a todos los que participaron y colaboraron para que este evento excepcional fuera posible!