El Miércoles de Ceniza es, sin duda, el día del año con mayor concurrencia en la Parroquia de San Josemaría. Desde temprano, cientos de fieles se acercaron para recibir la ceniza y dar inicio al tiempo de Cuaresma, el período de preparación para la Pascua.
Más allá del gesto exterior de la ceniza en la frente, el llamado central de este día es a la conversión del corazón. La liturgia nos recuerda que la verdadera transformación no ocurre solo en los ritos externos, sino en la disposición interior de cada persona para acercarse más a Dios. “Conviértanse y crean en el Evangelio”, escuchamos al recibir la ceniza, una invitación a vivir con mayor autenticidad nuestra fe.
Las Misas e imposiciones de ceniza se llevaron a cabo a lo largo del día, permitiendo que cientos de personas, desde niños hasta adultos mayores, pudieran recibir este sacramental.
Iniciemos esta Cuaresma con un corazón abierto, dispuestos a profundizar en la oración, el ayuno y la caridad, buscando no solo cambiar hábitos, sino permitir que Dios transforme nuestra vida desde el interior.