Viernes Santo

Este Viernes Santo, nos unimos al dolor y al silencio de la Iglesia entera para conmemorar la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo.

Durante la Liturgia de la Pasión, escuchamos con profundo recogimiento el relato según san Juan, contemplando a Jesús que se entrega libremente por amor.

La adoración de la Santa Cruz fue el momento más conmovedor de la celebración, cuando cada feligrés se acercó en silencio a venerar el madero donde estuvo clavado el Salvador del mundo.

Al terminar, acompañamos a la Virgen Dolorosa en su sufrimiento, meditando junto a ella que la muerte no tiene la última palabra.

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